lunes, 26 de julio de 2010

Y la Sociedad del Conocimiento me meneó la vida

Hace dos años comencé el Master de la Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universitat Oberta de Catalunya y lo termino ahora con el Trabajo de Fin de Master, que ya está acesible en scribd.
La decisión de hacer este master fue totalmente intuitiva y en este caso se ha cumplido que estas decisiones, las intuitivas, son las más acertadas. Mi trayectoria académica y profesional tenía una tendencia eminementemente técnológica y el cambio que ha representado este master sin duda que ha sido muy positivo, sobre todo porque me ha hecho plenamente consciente de que es necesario una comprensión holística de los problemas planteados por la Sociedad del Conocimiento para afrontarlos adecuadamente. En el caso de las TIC y en concreto de Internet, el énfoque tecnológico no es suficiente para abarcar toda su complejidad, pero tampoco con una visión exclusivamente mercantilista, basada por ejemplo en el marketing social, tendremos todas las respuestas aunque nuestra intención sea exclusivamente comercial. Esto es así porque como se reitera en el TFM, basado en lo indicado por muchos pensadores como Peter Drucker o Pierre Lèvy, la Sociedad del Conocimiento representa un nuevo paradigma en el que el conocimiento marcará la evolución de la sociedad capitalista, Drucker lo deja claro en esta declaración.
Es un concepto simple. En un sistema capitalista, el capital es el recurso de producción crítico, y está totalmente separado, y aún en oposición, con el trabajo. En la sociedad hacia la cual nos estamos encaminando rápidamente, el recurso clave es el saber. No puede ser comprado con dinero ni creado con capital de inversión.
El saber reside en la persona, en el trabajador del conocimiento.El capital se volverá redundante, o sea, está por dejar de ser un 'recurso'. El capital es importante en tanto factor de producción, pero no es más un factor de control.
En este sentido el Trabajo de Fin de Master sobre la práctica intensiva en menéame, como sitio de producción colaborativa, es un excelente ejemplo de como la tecnología y las comunidades se relacionan de manera simbiotica para generar, en el vacio antropológico planteado por Lèvy, el espacio del saber, y creo que muestra que la etnografía virtual es una buena herramienta para afrontar el estudio de este tipo de entornos.
Agradecer a los meneantes su colaboración y su interés en el trabajo, y también por permitirme haber disfrutado de esta experiencia y sobre todo de su compañía, que seguro que seguiré manteniendo. Sin duda que ahora también puedo decir que "menéame me ha cambiado la vida".

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